viernes, 22 de octubre de 2010

Tú me bailas el agua a mí y yo te la bailo a ti


Son muchas las críticas malas que esta película ha recibido de su público, pero yo difiero. Yo me enganché desde el principio, desde el momento en que el tímido David le entrega a María, tras muchos días viéndola pasar en el metro, el poema titulado “Báilame el agua”, que da el nombre al filme, hasta el momento en el que finalmente nos desvelan sus párrafos. He de reconocerlo, lloré. Me pareció precioso.
Seguí a los protagonistas durante toda la película, no quería perderme ni el más mínimo detalle. Por muy ficticio que fuese aquel amor, yo me lo creí. Me emocionó. Y, sin duda alguna, la música de Antonio Vega fue decisiva en esto.
Me hizo sonreír al principio en distintas ocasiones por la ternura y la gracia que me transmitieron ciertas escenas y me hizo llorar al ver como todo se iba transformando en un gran drama, donde la prostitución, las drogas, la mentira y la intolerancia se convirtieron en las vías de escape de los protagonistas y su historia de amor se iba perdiendo a pasos agigantados a pesar de quererse cada vez más.
“Tú me pides gestos y yo te pido palabras”. En ocasiones, tratamos de demostrar mediante actos lo mucho que nos importa una persona y se nos olvida que eso no lo es todo. A veces es necesario que nos regalen los oídos. En mi opinión, es imprescindible un equilibro y esta película me da la razón.
Además, me gustó ver cómo Madrid se convertía en el escenario de la película, mostrando la vida de la calle, de la cual muchas veces no somos ni conscientes de su existencia o no profundizamos en ello. Desde el día en que vi por primera vez este filme, cada vez que paso por Montera no puedo evitar que el recuerdo de Báilame el agua pasee por mi mente, lo duro que debe de ser ejercer la prostitución por necesidad o el estar enganchado a drogas como la cocaína o la heroína.
A pesar del enérgico dramatismo que transmite esta película, me gusta ver como deja una puerta entreabierta al final, mostrando la posibilidad de una segunda oportunidad, de un volver a nacer, acompañada de la increíble canción de Los Secretos “He muerto y he resucitado”.
Un filme, a mi parecer, digno de ser visto, que os mostrará y transmitirá ternura, tristeza, nostalgia, amor mediante un conmovedor guión y que os hará partícipes de la historia que viven los protagonistas, sacándoos de vuestras butacas y trasladándoos a las calles y barrios más corrientes de Madrid, lo que os hará vivir de forma cercana realidades sociales que, aunque seguramente conocéis en la teoría, la gran mayoría de nosotros desconoce en la práctica.
Báilame el agua
"Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto.
Sácame de quicio, hazme sufrir.Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida.Líbrame de mi estigma.Llámame tonto…
Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora.
No me arrastres.No me asustes.Vete lejos…pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.Toca mis ojos.Nota la textura del calor.¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos y deja que te invite a un café.Caliente claro.Y sin azúcar… sin aliento."

TÍTULO ORIGINAL Báilame el agua
DIRECTOR Josecho San Mateo
PAÍS España
GUIÓN Daniel Valdés, Ricardo González, Mónica Pérez Capilla (Novela: Daniel Valdés)
MÚSICA Varios
FOTOGRAFÍA Juan Molina
REPARTO Unax Ugalde, Pilar López de Ayala, Juan Díaz, Benjamín Seva, Fede Celada, Antonio Dechent, Beatriz Argüello, Juan Viadas, Ion Gabella, Carlos Kaniowski, Beatriz Sánchez, Nuria Mencía, Mará Alfonsa Rosso
PRODUCTORA Plot Films S.L. / Cre-acción Films
GÉNERO Drama | Drogas. Adolescencia. Prostitución. Drama social

1 comentario:

  1. Báilame el agua es una de las mejores películas que he podido disfrutar. Es un auténtico drama español, combinado con una envidiable historia de amor y drogas.

    Digo envidiable, porque báilame el agua no tiene nada que desear de los estúpidos amores de Hollywood. Digo envidiable, porque a toda mujer le encantaría que un chico como Unax Ugulde, o como cualquiera, le regalase una pequeña y gran poesía como esa, por cierto, es de Daniél Valdés.

    Cuando acabé de ver esta película se me quedó un sabor agridulce, entre querer enamorarme y tenerle miedo al amor... es preciosa la fuerza que sacan los personajes para luchar.

    100% recomendable.

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